Lorenz estaba trabajando en un modelo metereológico muy sencillo cuando se topó con algo extraño. Por casualidades de la vida, el ordenador donde estaba calculando los resultados de su modelillo (una capa bidimensional de fluido calentada por abajo y enfriada por arriba, simulando los efectos de la tierra y del cielo en la atmósfera) se apagó.
Como cada cierto tiempo se volcaban los resultados a papel, Lorenz cogió la ultima impresión, metío los resultados a mano nuevamente en la computadora, le dió al run y fue a prepararse un té.
La vuelta del té fue el comienzo de una de las tres revoluciones de la física del siglo pasado (las otras dos, relatividad y cuántica). Lorenz observó que pasadas unas cuantas iteraciones las gráficas eran totalmente diferentes a las anteriores.
Empezó a experimentar con su modelillo y vió que el causante no era ningún bug, sino el no introducir todos los decimales: aquella máquina de válvulas trabajaba con 6 decimales pero en la impresión en papel únicamente aparecian tres. Una variación en el cuarto decimal hacía que pasadas 1000 iteraciones los dos estados resultantes no tuvieran nada que ver.
Ahora sabemos que los sistemas estocásticos aún cuando son regidos por leyes deterministas (incluso simples, como podía ser el modelo de Lorenz) son totalmente impredecibles. Nunca sabremos las condiciones iniciales exactas y por tanto nunca podremos predecir, por ejemplo, el tiempo que va a hacer dentro de unos cuantos días. Aún así hay bastantes propiedades que se pueden inferir de estos y he ahi lo interesante.
Sobre el atractor de Lorenz hay muchas páginas, pero ya que tuve que estar tres noches casi sin dormir por hacer un trabajo de numérico sobre él, aqui pongo los resultados (las gráficas 3D están generadas con paraview):
Realmente es bonito el condenado.
2 comentarios:
yo esto ya lo sabia... me lo explicó mi "profe" de fisica. cree que soy un paquete.
Packett
Pues a mi me han dicho que eres su alumna preferida ;)
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